Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son una gran preocupación en nuestra sociedad, pues no discriminan a nadie. Pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo u orientación sexual.
Como ya sabemos, mantener relaciones sexuales sin protección aumenta el riesgo de contraer una ETS, pues ni tan siquiera el uso de métodos anticonceptivos garantiza la prevención completa. Por eso, es importante que conozcas cómo prevenirlas y qué tipo de prácticas son seguras, con el fin de reducir la posibilidad de contraerlas.
Pero, ¿y si ya me he contagiado? ¿Cómo sé si tengo una ETS? A continuación te explicamos cuáles son los síntomas más habituales de las ETS.
¿Cuáles son los síntomas de una ETS?
Reconocer los síntomas de una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) es fundamental para gozar de buena salud sexual. Y es que la detección temprana permite poder determinar el tratamiento más eficaz y prevenir posibles complicaciones a largo plazo.
Hay ciertos síntomas que suelen ser comunes en muchas ETS, sin embargo, hay otros que solamente aparecen en algunas de ellas, por lo que es muy importante mantenerse alerta a cualquier cambio en nuestro cuerpo para preservar nuestra buena salud genital y, en caso de que sea necesario, buscar atención médica.
Dolor o molestias al orinar
Si experimentas dolor o molestias al orinar, podría ser una señal de gonorrea o clamidia. No subestimes estos síntomas y busca una valoración profesional para que puedas tener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento más adecuado.
Secreciones inusuales
La presencia de secreciones inusuales en los genitales puede indicar una infección. Por eso, si mantenemos una vida sexual activa, es conveniente observar los cambios en la consistencia, color o cantidad de nuestro flujo.
Úlceras o llagas en los genitales
La aparición de úlceras o llagas en los genitales es un síntoma que podría estar relacionado con el herpes genital o la sífilis. En este tipo de enfermedades, la detección temprana es clave para el éxito del tratamiento.
Dolor abdominal o pélvico
El dolor abdominal o pélvico persistente también puede ser un signo de ETS, especialmente en mujeres. Infecciones como la clamidia o la gonorrea pueden provocar molestias en estas zonas.
Picazón o irritación
La picazón persistente en la zona genital o irritación en la piel, pueden ser síntomas de ETS como la tricomoniasis o la sarna.
Sangrado entre períodos
En mujeres, el sangrado irregular entre períodos menstruales puede indicar la presencia de ETS, como la gonorrea o la sífilis. En estos casos, es fundamental buscar asesoramiento médico para poder realizar una valoración precisa.
Señales específicas de algunas ETS
A continuación, te explicamos algunas señales específicas relacionadas con algunas de las ETS más comunes:
Sífilis
La sífilis puede manifestarse en diferentes etapas. En la primera etapa, se puede observar una úlcera indolora en el área genital. En etapas posteriores, los síntomas pueden incluir sarpullido, fiebre y fatiga. Puede tratarse con antibióticos, pero la detección temprana es determinante.
Herpes genital
El herpes genital puede causar llagas dolorosas en los genitales y síntomas similares a la gripe. Aunque no tiene cura, los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas y a reducir la frecuencia de los brotes.
Prevención y prácticas seguras
Como ya hemos comentado, la detección temprana de estas enfermedades es fundamental para garantizar la eficacia del tratamiento y prevenir complicaciones a largo plazo. Además, la prevención sigue siendo el pilar fundamental para evitar las ETS. Por ello, la realización de pruebas de forma recurrente es esencial para proteger nuestra salud.
Asimismo, el uso habitual y adecuado de preservativos durante las relaciones sexuales es una barrera muy eficaz para ayudar a reducir considerablemente el riesgo de contraer ETS. Un método sencillo pero eficaz.
Por último, limitar el número de parejas sexuales y elegir compañeros que también se cuiden y se sometan regularmente a pruebas de ETS es crucial para proteger nuestro bienestar.
En definitiva, conocer los riesgos, estar atento a los síntomas y realizar pruebas regularmente son pasos esenciales para mantener una buena salud sexual. No ignores los signos, y recuerda que, para garantizar tu bienestar, es primoridial buscar ayuda profesional. La información y la prevención son los mejores aliados en la lucha contra las ETS.