El dolor pélvico es una molestia que puede afectar tanto a hombres como mujeres de cualquier edad, y no tiene una causa concreta, sino que son varios los motivos que pueden causar esta dolencia.
Por ejemplo, puede deberse a condiciones ginecológicas como la endometriosis o los quistes ováricos; a trastornos urinarios como infecciones o cálculos renales o incluso deberse a problemas intestinales, como el síndrome del intestino irritable.
La cuestión es que, para garantizar un tratamiento adecuado, es necesario conocer su origen, y así poder tratarlo de raíz, con el fin de que este tipo de molestia no ocurra de forma recurrente.
En este artículo te explicamos en qué consiste exactamente, cuáles suelen ser las causas más habituales y en qué casos se debería buscar ayuda médica.
¿Qué es el dolor pélvico?
El dolor pélvico es una experiencia que incluye cualquier sensación de dolor o incomodidad localizado en la región de la pelvis, situada entre el abdomen y los muslos. Puede manifestarse de diversas formas, desde molestias leves hasta dolores agudos y persistentes. La mayoría de las personas suelen describir este tipo de dolor como punzante, sordo o simplemente incómodo.
Es importante no ignorar este tipo de molestia, ya que, dependiendo de cuál sea la causa, podría incluso derivar en problemas más graves que requieran de una atención más especializada. Por eso, observar los síntomas y buscar ayuda profesional es esencial para entender la causa y garantizar un mayor éxito del tratamiento.
¿Cuáles son las causas del dolor pélvico?
Problemas ginecológicos
Son una de las causas más habituales en este tipo de molestia, pues hay varias cuestiones ginecológicas a tener en cuenta, por ejemplo:
- La endometriosis: una condición en la que el tejido que recubre el útero empieza a crecer fuera de él.
- Los quistes ováricos.
- Las infecciones del tracto reproductivo o problemas en el útero, como los fibromas.
Para averiguarlo, observa si el dolor está relacionado con el ciclo menstrual o si va acompañado de otros síntomas, como un sangrado anormal o dolor durante tus relaciones sexuales.
Trastornos urinarios
Los problemas en el sistema urinario también pueden provocar dolor pélvico. Las infecciones del tracto urinario (ITU), los cálculos renales o la inflamación de la vejiga son solo algunas de las causas más habituales. Presta atención a la frecuencia y urgencia para orinar, así como a posibles cambios en el color o el olor de la orina.
Problemas intestinales
Trastornos intestinales, como el síndrome del colon irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o la apendicitis, también pueden causar dolor pélvico. Observa si el dolor está acompañado de diarrea o estreñimiento, y si hay otros síntomas gastrointestinales.
Trastornos musculoesqueléticos
Problemas en los músculos, huesos o articulaciones de la región pélvica, como distensiones musculares, lesiones o problemas en la articulación sacroilíaca también pueden ser causas del dolor pélvico. En estos casos suele estar localizado y puede variar en intensidad dependiendo de la actividad física o de la postura corporal. Además, puede aumentar al realizar ciertos movimientos o al hacer deporte.
Condiciones neurológicas
Los trastornos neurológicos, como la neuralgia del pudendo o la compresión de nervios también puede generar dolor pélvico, afectando a los nervios que atraviesan la pelvis. En ocasiones puede manifestarse como sensaciones de ardor, hormigueo o descargas eléctricas en lugar de un dolor constante y agudo. En estos casos, es necesario observar si el dolor se irradia hacia áreas específicas, si sigue rutas nerviosas o si va acompañado de entumecimiento.
¿Cuándo buscar ayuda médica?
Si experimentas dolor pélvico persistente o severo, es fundamental buscar atención médica cuanto antes. Ignorarlo o automedicarse puede acarrear complicaciones innecesarias y retrasar el diagnóstico. No hay que olvidar que este tipo de molestias podrían estar alertándonos sobre problemas subyacentes que requieran una intervención médica inmediata.
Además, si el dolor va acompañado de otros síntomas adicionales, como fiebre, sangrado abundante o mareos, también es conveniente acudir al médico con urgencia para evitar complicaciones graves.
A través de las valoraciones y pruebas necesarias, los médicos podrán averiguar cuál es la causa del dolor pélvico y determinar el mejor tratamiento para abordar el problema de manera eficaz para proteger tu salud.